Crítica – ‘Mi familia del Norte’

 

Título original: La ch’tite famille

Año: 2018

Duración: 106 minutos

País: Francia

Dirección: Dany Boon

Guión: Dany Boon, Sarah Kiminsky

Música: Michaël Tordjman, Maxime Desprez

Fotografía: Denis Rouden

Reparto: Dany Boon, Line Renaud, Valérie Bonneton, Laurence Arné, Guy Lecluyse, François Berléand, Pierre Richard

Productoras: Les Productions du Ch’Timi/ Pathé

Género: Comedia/ Familiar

Fecha de estreno: 11 de mayo

 

Corría el 2008 cuando Dany Boon reinventó la comedia nacionalista con ‘Bienvenidos al Norte’ (‘Bienvenue chez les Ch’tis’). El segundo filme del director francés establecería precedente para algunas de las películas cómicas más taquilleras – sobretodo en nuestro país, como es el caso de ‘Ocho Apellidos Vascos’.  

Desde entonces, Boon ha sido el artífice de algunas de las mejores comedias comerciales francesas de los últimos años. Fiel defensor de aquello de “si quieres algo bien hecho, hazlo tú mismo”, fue productor, guionista, director e incluso protagonista de ‘Nada que declarar’ (‘Rien à déclarer’), ‘Supercondríaco’ (‘Supercondriaque’) y ‘Una policía en apuros’ (‘Raid Dingue’). Y es que el humor ha sido siempre el mejor ataque y la mejor defensa, sobretodo cuando se trata de hablar de uno mismo.

Eso es lo que ha hecho con ‘Mi familia del Norte’ (‘La Ch’tite Famille’), reírse de su propio snobismo parisino, que reniega de sus orígenes del Norte. En la que es más spin off que secuela de 10 años después, su personaje, Valentin, es ahora un prestigioso arquitecto de diseño que vive en París con su estirada mujer, Constance. Avergonzado de sus raíces, ha hecho creer a todo el mundo que es huérfano. El castillo de naipes se le desmonta cuando aparece su madre, junto con su hermano y su suegra en una retrospectiva de su trabajo en el Palais de Tokyo. Por si fuera poco, Valentin sufre un accidente que le hace volver a los 20 años, cuando era todavía un paleto de pueblo. No hay nada mejor que una amnesia para hacerte recordar de dónde vienes.

Se trata de un filme de broma fácil pero entrañable, que la clava en algunos chistes concretos – no está muy claro que tengan el mismo efecto al ser traducidos, precisamente por la importancia de los acentos en la construcción del diálogo – , pero que quizás pincha hacia la mitad de la película, cuando busca tocar la fibra del espectador. Sea como sea, seguro que el sexto largometraje de Boon arrancará más de una sonrisa, y quizás hasta carcajada, al público – sobretodo francés – que vaya a verla este mes de mayo.

Lo mejor: Boon se desenvuelve perfectamente en todos sus roles, tanto delante como detrás de las cámaras, y cuenta con un elenco que sabe sacar lo mejor del “universo Ch’ti”.

Lo peor: Gran parte de la comicidad de la película puede acabar lost in translation con el doblaje.

Nota: 6/10