Crítica – ‘Jurassic World’

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Título original: Jurassic World

Año: 2015

País: Estados Unidos

Director: Colin Trevorrow

Guión: Colin Trevorrow, Rick Jaffa, Amanda Silver, Mark Protosevich

Música: Michael Giacchino

Fotografía: John Schwartzman

Reparto: Chris Pratt, Bryce Dallas Howard, Ty Simpkins, Nick Robinson, Vincent D´Onofrio, Irrfan Khan, Omar Sy, Jake Johnson, Judy Greer, BD Wong, Katie McGrath, Lauren Lapkus 

Productora: Amblin Entertainment / Universal Pictures

Género: Ciencia-ficción/Aventuras

 “Se alzaron sobre los hombros de genios para conseguir algo lo antes posible y sin saber siquiera lo que tenían. Lo patentaron, lo envolvieron en una caja y ahora quieren venderlo”

Ya por 1993, el inolvidable Ian Malcom interpretado por Jeff Goldblum en la película original de ‘Jurassic Park’, parecía predecir el futuro de esta saga de dinosaurios mientras los personajes discutían los límites morales de la ciencia y la genética en una breve pero magnífica escena durante el almuerzo, antes de ir a visitar el parque por primera vez. Y es que nuestro doctor no podía tener  más razón. ‘Jurassic World’ es un producto, encaramado sobre los hombros de la primera entrega y envuelto en un bonito papel de regalo.

No me andaré con rodeos. ‘Jurassic Park’ se merecía una secuela mejor.  Tras los dos tropiezos después de la original de 1993, la franquicia tenía la oportunidad de hacer borrón y cuenta nueva, de elevar el listón, no sólo de la saga en sí, sino de las cada vez más desprestigiados (y con razón) blockbusters de verano. La historia de cómo, finalmente, el sueño de Hammond se hacía realidad, de cómo el parque de dinosaurios abría sus puertas y se convertía en un éxito mundial merecía una película más digna.  Y ese es el problema. Que ni siquiera ‘Jurassic World’ trata de ser buena. No lo intenta. Decide ir a lo fácil, a lo rápido y a contentar al mínimo común, porque sabe, y sabe bien, que teniendo la marca “Jurassic” y su logo atraerá a millones.

Entrando más en detalle, el planteamiento general de la cinta es el correcto. El parque lleva años en perfecto funcionamiento pero la gente comienza a ver a los dinosaurios como animales corrientes. Ya no sorprenden. Hay que buscar algo nuevo. Esa idea inicial resulta creíble. Si mañana abren un parque de dinosaurios no dudo lo más mínimo que en veinte años le gente se aburriría. Sin embargo, son los “pegotes” que se le añaden a esta idea inicial lo que acaba destrozando cualquier intento de hacer una película que sobresalga del montón.

La continua torpeza (empiezo a pensar que intencionada) en el empleo de la música; esa maravillosa banda sonora del siempre excelente compositor John Williams, de las más aplaudidas del cine, aparece metida con calzador, sin ningún sentimiento, escuchada de fondo mientras las imágenes que te muestran no concuerdan con esa melodía, haciendo perder de forma desastrosa todo su efecto.

O la ridícula presentación y desarrollo de personajes absolutamente caricaturizados, sacados de un comic barato. Personajes sin el más mínimo trasfondo, ni intento de ello, con una química inexistente entre ellos y una carencia de carisma que llega a molestar, haciendo imposible el más leve sentimiento empático con ellos y adoptando diálogos de copia y pega de incontables películas anteriores que rozan lo ridículo.

Pero esto es una película de dinosaurios, ¿o no? Vayamos a lo importante entonces. De entrada, y para dar un poco de luz ante tanto pesimismo, hay que decir que están bien hechos. ¡Qué menos! No obstante, están totalmente desprovistos de esa combinación entre magia y terror que uno espera. Un dinosaurio no es mejor por cómo esté hecho en la pantalla de un superordenador, sino por lo que transmite, él y su entorno, por el ambiente que crea con su presencia. Y es que esta presencia no es ya sinónimo de asombro o de tensión. Lejos queda ya la magistral aparición del Brachiosaurus en la llegada a la isla de la original, o la claustrofóbica escena de los Velocirraptores en esa reluciente cocina. Ahora se ven más y mejor dinosaurios que nunca, claro estamos en 2015, faltaría más, pero a su vez estos se encuentran totalmente descontextualizados, el ambiente que les rodea ya no importa.

Todo esto desemboca en una ausencia de sentimiento tremenda y frustrante que marca el conjunto de la película. Ni te preocupas por unos personajes estereotipados, ni los dinosaurios, ni las situaciones (salvo un par de ellas bien logradas) consiguen introducirte en una trama que toma sendas de auténtico desvarío, en un parque que, tras veinte años de espera, ves que no tiene identidad ninguna; que se presenta frío y distante. Poco me importó y nada me transmitió, y supongo que esto se considera spoiler, verlo destrozado tras la escena final. Una escena final que, por cierto, aunque admito que hasta yo tenía curiosidad en verla y la idea no estaba desprovista de mérito, resultó poco creíble y previsible en demasiadas ocasiones.

Por otro lado, merece mención aparte el interminable desfile de guiños y referencias a la ‘Jurassic Park’ original, algunas conseguidas, otras forzadas, algunas obvias y otras que pasan totalmente desapercibidas, estas últimas siendo casi más aún de agradecer. Si bien buscaban, y conmigo lo han conseguido desde luego, atrapar y contentar a los más nostálgicos y románticos con estos detalles, parece que llega un momento en el que no saben cuando parar, haciendo que en cada secuencia haya un guiño a la predecesora, haciendo más evidente de nuevo la falta de identidad propia y originalidad que se refleja en toda la cinta. “Se alzaron sobre los hombros de genios…” decía Ian Malcom.

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Pero hay que ser honestos. ‘Jurassic World’ cumple lo que promete. No se da aires de obra maestra, ni trata de compararse con la original. Es sincera consigo misma y eso se agradece. En ese sentido no puede decepcionar la cinta, ya que te promete una película de verano, de monstruos y palomitera, y eso es lo que te llevas del cine. No hay engaño.

‘Jurassic World’ tenía una oportunidad de oro. Una oportunidad de darle un empujón de calidad al cine más comercial, una oportunidad de acercarse al brillo que desprendía ‘Jurassic Park’, de hacer, en definitiva, una película que quedase grabada en la memoria, y, ¿por qué no?, pasar a la historia del cine más reciente. En su lugar, han decidido producir una cinta impersonal  pensada para ver a salto de mata una tarde de sábado lluviosa si no echan nada por la tele.

Y no encuentro mejor manera de dar el punto y final aquí  que dando voz de nuevo a Ian Malcom cuando expresaba su preocupación al sentenciar: “Sí, pero les preocupaba tanto si podían o no hacerlo que no se pararon a pensar si debían”.

Lo mejor: Cumple con las expectativas, no sorprende pero tampoco decepciona

Lo peor: No hay nada que diferencie a ‘Jurassic World’ del resto. Es una película sin identidad propia

Calificación: 5/10