Crítica – ‘El amor es más fuerte que las bombas’

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Título original: Louder Than Bombs

Año: 2015

País: Noruega

Director: Joachim Trier

Guión: Joachim Trier, Eskil Vogt

Fotografía: Jakob Ihre

Reparto: Jesse Eisenberg, Gabriel Byrne, Isabelle Huppert, David Strathairn, Rachel Brosnahan, Devin Druid, Amy Ryan, Ruby Jerins

Productora: Bona Fide Productions / Memento Films Production / Motlys / arte France Cinéma

Género: Drama

Duración: 105 min.

Ficha en Sensacine

Hace cuatro días que vi ‘El amor es más fuerte que las bombas’. Cuando me pongo a escribir esta crítica, intento pensar un poco antes de darle al teclado en algo concreto sobre lo que centrarla. Lo hago siempre cada vez que escribo sobre lo que me ha provocado la película. Para bien o para mal.

Después de diez minutos, sigo sin saber de qué hablar exactamente de la película de Joachim Trier. Porque ni pasa con pena ni pasa con gloria. Simplemente pasa.

Se podría decir que esa es la sensación predominante cuando hago memoria buscando matices y me doy cuenta de que el único matiz que encuentro es que no encuentro ninguno. La película es una historia familiar de superación intrascendente, que se pierde en una profundidad que parece aspirar a tener pero no logra nunca alcanzar y cae en una planitud narrativa tediosa. Tampoco es un horror, tiene cosas que parecen pensadas con mimo pero que se quedan en poco o nada a la hora de traspasarlo a la pantalla. Se ve que el director noruego, quien también firma el guión junto a Eskil Vogt, quiere contarnos algo bastante personal que se enfría por el camino.

Puede que el problema principal de la película sea creerse algo más de lo que es. Una historia aparentemente sencilla que no necesitaría de mucha ornamentación para calar en su mensaje se adorna con “escenas oníricas” con el fin de poetizarla. Estas escenas, que abundan en el metraje, son en la mayoría de los casos omitibles, porque nos cuentan cuestiones o dilemas morales de los protagonistas que al espectador ya le han quedado claros desde el comienzo. Su uso repetitivo te saca una y otra vez de la historia principal, hasta el punto de que por momentos crees estar viendo dos películas diferentes; por un lado un trama sencilla y personal entre un padre y un hijo – el eje central de la película – y por otro un conjunto de adornos que parecen querer tapar las limitaciones narrativas de la misma a golpe de belleza visual.

Al final, con lo que te quedas, es con nada. Y realmente es una pena, porque hay un buen reparto, un buen mensaje y una buena premisa dentro de esa espiral intrascendente que es ‘El amor es más fuerte que las bombas’.

Lo mejor: La trama entre padre e hijo, con un acertadísimo Gabriel Byrne.

Lo peor: El mensaje de la película se pierde por el camino entre florituras innecesarias, no deja poso ninguno y es tan olvidable como pasable. 

Nota: 5/10