Crítica: ‘Que Dios nos perdone’

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Título original: Que Dios nos perdone

Año: 2016

Duración: 125 min.

País: España

Director: Rodrigo Sorogoyen

Guión: Isabel Peña, Rodrigo Sorogoyen

                                                                                 Música: Olivier Arson

Fotografía: Alejandro de Pablo

RepartoAntonio de la Torre, Roberto Álamo, Javier Pereira, Luis Zahera, José Luis García Pérez, Mónica López, María Ballesteros, Rocío Muñoz-Cobo

Productora: Tornasol Films /Atresmedia Cine /Mistery Producciones AIE /Hernández y Fernández P.C

 Género: Thriller. Policiáco
Vivimos un momento peculiar. El cine español se encuentra en una lucha encarnizada por romper los férreos prejuicios que lo encadenaban. Así, todos los géneros se encuentran en un proceso de revisión de contenidos y formas. Encontramos al fin productos de indiscutible valor, o al menos, con una intención renovada por reafirmarse. Entre los géneros que más se han revalidado y que más fuerte están pisando en el panorama español se encuentra el thriller, y su adoptado subgénero policial.  Curioso que fuera además uno de los género que más necesitara sangre nueva con urgencia, ya que se hallaba en encallado en rocas de estereotipos y acción facilona.

‘Que Dios nos perdone’ abandera esta reciente renovación. No es la única de esta nueva oleada, claro. ‘Que Dios nos perdone’ sigue la estela de ‘Grupo 7’, ‘La isla mínima’ – Alberto Rodríguez dio con la tecla – o mucho más reciente, ‘Tarde para la ira’. Se trata de cintas con temas ya manidos pero que ofrecen un enfoque distinto, más personal, con más sorpresa que bostezo y con unos personajes – y esto es quizás lo más refrescante – creíbles y con un trabajo de construcción detrás muy meritorio.

Así es ‘Que Dios nos perdone’.  El silencioso Rodrigo Sorogoyen volvió a juntarse con Isabel Peña para escribir una intriga policial con más luces que sombras, presentado con un sutil telón de fondo pintado de un efectivo mensaje religioso.

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El acierto de esta cinta recae sobre sus personajes. Un reparto no muy extenso pero con peso da vida a una historia que fácilmente podría haber caído en clichés varios. Así, Antonio de la Torre y Roberto Álamo encabezan las interpretaciones y encarnan  a la pareja de policías encargada de atrapar a un asesino con disfraz de Norman Bates a la española. Esta pareja protagonista deslumbra, pero no del mismo modo. Tanto es así, que Álamo, en su intenso papel, desbanca a Antonio de la Torre en gran parte de la cinta. Su personaje obliga a Roberto Álamo a desplegar todas sus dotes interpretativas para crear algo creíble con el que rápidamente empatizamos. Ayudan, por supuesto, las situaciones creadas a su alrededor y el apoyo de correctos secundarios de los que nunca se cojea.

El filme consigue algo a lo que poco estamos acostumbrados, que es el mantener una tensión constante durante toda la película, sin grandes picos de excesiva intensidad pero lejos de adormecer al espectador. Así, ‘Que Dios nos perdone’ expone escenas de acción que clavan un binomio casi mitológico hoy día; el de verosimilitud-emoción. Otro acierto (y posible spoiler). La presentación ante el público del asesino, de su motivación y su propia naturaleza y vida, apenas rebasado el ecuador de la película. Así, no se sigue el esquema clásico del descubrimiento final de la identidad del antagonista, sino que al revés, y lejos de desinflar la historia, la enriquece en gran medida.

En cuanto a las sombras, la película tiene alguna que otra laguna argumental, aunque varias de ellas pueden ser interpretadas por pretendidas elipsis de guión. Aún con esto, el resultado final no queda afectado.

En conclusión, ‘Que Dios nos perdone’ se presta como una prueba más del resurgimiento (o nacimiento) del género thriller policíaco, repitiendo esquemas de otras acertadas obras recientes de este estilo pero aportando una visión personal que sorprende.

Lo mejor:  La buena construcción de los personajes y sus correspondientes interpretacines

Lo peor: Pequeñas lagunas en el guión

Nota: 7,5/10