Bohemian Rhapsody

Crítica – ‘Bohemian Rhapsody’

Bohemian Rhapsody

Título original: Bohemian Rhapsody

Año: 2018

Duración: 134 min

País: Estados Unidos

Dirección: Bryan Singer

Guion: Anthony McCarten

Música: John Ottman

Fotografía: Newton Thomas Sigel

Reparto: Rami Malek, Joseph Mazzello, Ben Hardy, Gwilym Lee, Lucy Boynton, Aidan Gillen, Tom Hollander, Mike Myers, Allen Leech, Aaron McCusker, Jess Radomska, Max Bennett, Michelle Duncan, Ace Bhatti, Charlotte Sharland, Ian Jareth Williamson, Dickie Beau, Jesús Gallo, Jessie Vinning

Productora: GK Films / New Regency Pictures / Queen Films Ltd. / Tribeca Productions / Regency Enterprises

Género: Drama | Biográfico

El caso de Queen es historia viva de la música. Se trata sin duda de una de las bandas más exitosas de todos los tiempos. Sin un público objetivo concreto, Queen le ha gustado siempre a todo el mundo, independientemente de su raza, edad u orientación sexual. Y digo “viva” porque a pesar de perder a Freddie Mercury en 1991, Queen nunca ha parado su actividad y a día de hoy sigue ofreciendo multitudinarios conciertos con los que continuan su legado. Teniendo una historia tan potente en las manos, era imposible no llevarla algún día a la gran pantalla. Y de esa manera esta semana llega a los cines Bohemian Rhapsody, vendida como el esperadísimo biopic de Freddie Mercury, la persona detrás del mito, y, probablemente, una de las cintas más esperadas del año.

Bohemian Rhapsody
Fotograma de la película con los actores que interpretan a los miembros de la banda.

Bohemian Rhapsody cuenta la historia del ascenso a la cúspide del Rock & Roll de una de las bandas más famosas de la historia de la música. A través de los ojos de su líder, Freddie Mercury, la película nos relata la formación del grupo, los entresijos en la composición de sus canciones más míticas y su viaje hacia el estrellato. Nos descubre mejor las personalidades de sus miembros intentando que entendamos quiénes eran en el fondo y cómo lograron sobrevivir tantos años en la cima. Estamos ante una celebración de Queen y su música más que ante un biopic a la vieja usanza. Quizás su mayor fallo esté precisamente en su campaña de marketing. Desde sus inicios ha sido vendida como la historia de Freddie, pero desde la primera escena queda claro que éste es una simple herramienta para «subjetivizar» la mirada del espectador y poder admirar más de cerca el crecimiento de Queen como banda.

Se trata de una película que triunfa en sus escenas musicales, momentos tan épicos que logran sin duda trasladarte la importancia que tuvieron unas canciones que marcaron durante décadas (y lo siguen haciendo) a medio mundo. Rami Malek (Mr. Robot) no defrauda en su encarnación de un Freddie tan enigmático y glamuroso como profundamente perdido. Su interpretación, sin embargo, destaca mucho más en la imitación de aquellos momentos en los que se ha podido basar visualmente (conciertos, actuaciones, apariciones públicas…) y queda más a la deriva en cuanto pasa al plano íntimo. El resto del reparto está bastante adecuado, bien caracterizado y funcionando en perfecta sincronía para contar aquello que buscan contar: lo que había detrás del mito creado en torno a Queen.

Bohemian Rhapsody
Recreación de la actuación de Queen en el multitudinario concierto Live Aid de 1985 en Londres.

El principal problema del film, como ya he mencionado anteriormente, se encuentra en la forma en la que está siendo vendida. No estamos en absoluto ante lo que podría ser un retrato intimista que nos mostrase lo que había detrás de la fachada de estrella que Freddie llevaba por bandera. Cuando intenta acercarse más a la persona siempre se queda en lo superficial y nunca ahonda en los verdaderos problemas que asomaban por la mente de un señor que durante toda su vida estuvo lidiando no solo con su propia sexualidad sino también con el hecho de que no todo su entorno evolucionase igual que él. Quizás está falta de profundidad se deba a los problemas que ha habido en su dirección. Bryan Singer, que aún sigue apareciendo como director en los créditos, fue despedido en mitad del rodaje y sustituido por Dexter Fletcher (que aparece como productor ejecutivo), encargado de concluir la grabación y supervisar el montaje.

Farrokh Bulsara, o en otras palabras, Freddie Mercury, nunca supo muy bien qué quería en la vida. O al menos eso intenta mostrarnos la película, eso sí, nunca acabando de adentrarse realmente en los problemas que le atormentaban. Se limita a presentarnos su difícil carácter, su relación con las drogas y el alcohol y su gusto por las fiestas hasta el amanecer. Nos ofrece una visión sobre una estrella del rock altamente carismática, pero es incapaz de desenredar la mente de Freddie para que logremos empatizar con él, con la persona detrás del mito. Cuando después de hora y media parece que se dispone a ello, se queda en la superficie y pasa a una recreación del concierto de Queen en el Live Aid de 1985 que culmina la película de la forma más apoteósica posible, pero sin duda incompleta. Los que busquen aprender algo más de Mercury de lo que ya sabían antes de entrar a la sala, lamentablemente, se irán del cine con las manos vacías. Los fans de Queen, por otra parte, correrán más suerte saliendo casi seguro en el más puro estado de éxtasis.

Lo mejor: Sus números musicales, a la altura de lo que Queen merece, y un final tan apoteósico que se te olvidará el resto de la película.

Lo peor: Su incapacidad para adentrarse en la mente de Freddie Mercury, quedándose siempre en un plano superficial.

Nota: 7/10