Crítica – ‘Alto el fuego’

Alto el fuego

Título original: Cessez-le-feu

Año: 2016

Duración: 103 min.

País: Francia

Dirección: Emmanuel Courcol

Guión: Emmanuel Courcol

Música: Jérôme Lemonnier

Fotografía: Yann Maritaud, Tom Stern

Reparto: Romain Duris, Céline Sallette, Grégory Gadebois, Julie-Marie Parmentier, Maryvonne Schiltz, Wabinlé Nabié,

Yvon Martin.

Productora: Coproducción Francia-Bélgica; Polaris Film Production, Finance / Fontana / Umedia.

Género: Drama

Ficha en Sensacine

Que la guerra te deja tocado es algo que el cine nos ha dejado claro en innumerables ocasiones. No son pocos los clásicos que han abordado este tema dejándonos personajes legendarios, como Rambo o Travis Bickle. Ese estado mental del que parece que no hay escapatoria más que esperar a la muerte para encontrar la paz interior es el que aborda el director francés Emmanuel Courcol en su película Alto el fuego, su estreno en el largometraje detrás de las cámaras tras una larga carrera como actor.

Un tema que sobrevuela la vida de dos hermanos, ambos excombatientes en la Primera Guerra Mundial que padecen el trauma de maneras muy distintas en aquellos (esta vez no tan maravillosos) años 20. Georges (Romain Duris) decidió dejar atrás Francia y sus recuerdos y lleva años alejado de su familia viviendo en África, mientras Marcel (Grégory Gadebois) parece un recordatorio inerte de la persona que fue, atrapado en sí mismo y con problemas psicológicos tremendos para ya no solo mantener relaciones sociales, sino incluso para hablar.

Así presentados los ingredientes, está claro desde el principio a qué va a saber el plato. Nos encontramos con un drama duro (del que ya avisa su escena inicial en las trincheras), una película que se toma su tiempo para que comprendamos a los personajes, defendidos por reparto muy acertado, y que camina lentamente hacia la respuesta a una pregunta: ¿Hay vida detrás de la guerra? 

Alto el fuego

Courcol, quien también es responsable del guión, mete un condimento vital para reforzar ese agarre de los personajes a la vida: el amor. Es la irrupción de Hélène (Céline Sallette) en el día a día de los hermanos ese salvavidas que parece lanzarles el destino para que encuentren la recuperación del alma. O, al menos, un alivio a los fantasmas del pasado.

La película recoge bien esa necesidad de compañía que todos llevamos dentro (lo queramos admitir o no), aunque también es drástica cuando se trata de lanzar un veredicto a la pregunta que formula.

Con todo ello,  Alto el fuego tampoco logra emocionar como sí hacen muchas de sus compañeras de clase, y se queda entre dos mares, en ese espacio de Triángulo de las Bermudas donde se pierden las películas correctas con buena intención que cumplen su cometido pero no revientan las expectativas.

Lo mejor: La pareja de hermanos y su relación, fruto de una excelente construcción de personajes.

Lo peor: Que no da más de lo que se espera de ella.

Nota: 6/10